Cada vez más buscamos experiencias únicas e inolvidables, de esas que te dejan con la boca abierta y que necesitas hacer, al menos, una vez en la vida.
Vivimos en una sociedad que se mueve a un ritmo frenético. Nos vamos acostumbrando desde que nacemos a hacer cosas constantemente, e incluso si no las hacemos, tenemos la sensación de estar perdiendo el tiempo. Es común en cada vez más personas esa sensación de que “cuanto más hago, mejor, porque más estoy aprovechando el tiempo”.
Pero, ¿qué hay de nuestra verdadera esencia en cada una de esas cosas que hacemos en el día a día?, ¿cuántas de esas cosas que hacemos a menudo están elegidas por voluntad propia bajo convencimiento firme y no por simple imitación de lo que hacen otras personas a mi alrededor?, ¿cuántas de esas cosas que forman la mayor parte de mi vida siento que están de verdad alineadas conmigo? Éstas son algunas de las preguntas que a menudo reflexiono con mis alumnos y pacientes. Y, en la mayoría de casos, estamos de acuerdo en que desconocemos los motivos que nos llevan a actuar como actuamos. Simplemente, no nos conocemos lo suficiente y en general conocemos más del mundo que tenemos de piel hacia fuera que del que tenemos de piel hacia dentro.
Un viaje sólo para mujeres como punto de inflexión
Muchas veces, podemos estar años y años en esa realidad en la que, aun siendo los protagonistas, seguimos un guión escrito por otros. Sin embargo, a veces ese guión va tan en contra de nuestra verdadera esencia que todo acaba estallando por los aires porque, o bien nuestro cuerpo, o bien nuestra mente, explotan por saturación, desencadenando en múltiples alteraciones, enfermedades, dolores, lesiones, etc.
Es entonces cuando ocurre ese punto de inflexión que, bien reconducido, nos puede llevar a dar el paso más importante de nuestra vida… descubrir el porqué de lo que nos está pasando y tomar las medidas suficientes para encontrar el camino propio, para conectar con lo que de verdad está alineado con uno mismo, para escribir el guión de tu vida y vivir ésta en primera persona.
Viaje en grupo para mujeres solas: claves y beneficios
Viaja en grupo con otras mujeres a tu interior
Hace unos días, tuve la oportunidad de asistir a una charla de un maestro budista zen y éste aseguraba que la gran riqueza del ser humano es la conciencia. Sin la conciencia, nada de lo que nos ocurre tiene sentido, ya que no somos ni siquiera capaces de percibirlo.
Así pues, la primera clave para descubrir qué hay dentro de uno mismo y saber lo que se quiere, es tomar conciencia de ello.
Viajar sola como mujer al silencio del desierto
Una de las herramientas más potentes para darse cuenta de ello es el silencio. Poco a poco adentrarnos en espacios de silencio en los que va surgiendo de manera más espontánea y con más fuerza aquello que llevamos realmente en nuestra mente y que normalmente no somos capaces de percibir por el exceso de ruido.
El desierto del Sáhara es, sin duda, uno de los espacios donde yo personalmente más he conectado con ese silencio potente y sanador. De hecho, es una de las cosas que más me cautivó de esa maravilla de la naturaleza… ése espacio donde la nada lo es todo.
Un viaje de mujeres solas para poner distancia
Otra de las herramientas más potentes para la auto-observación es el distanciamiento. Poner distancia durante un tiempo de aquello que nos rodea y nos resulta familiar, es sin duda un arma muy poderosa de discernimiento, de tomar visión con mayor claridad.
Separarnos durante unos días de la familia, los amigos, el trabajo, las rutinas, la casa, el entorno social, el espacio en el que vivimos, etc. nos ayuda mentalmente a romper esos lazos que nos atan a lo conocido y a las relaciones que tenemos creadas con el rol que hemos adquirido en cada una de ellas.
Salir físicamente de ese espacio, nos permite liberar nuestra mente durante un tiempo de esas fuerzas por las que se ve influida y observar desde la distancia eso que nos afecta día a día y que no nos permite ser quien realmente somos. Desde la distancia, podemos ver los moldes en los que estamos encasillados, los roles que jugamos día a día en cada una de las facetas de nuestra vida.
Viaje para mujeres solas en grupo: Mujer Oasis
Éstos son los grandes beneficios que aporta a las personas el viajar solas. Con este propósito, y con el fin de acompañar a personas que quieran vivir experiencias únicas bajo este paradigma del autoconocimiento como base, creamos el proyecto de MUJER OASIS, un viaje en el que cada una de las viajeras se convierte en la protagonista de su historia y toma las riendas de su vida.
Mujer Oasis es un viaje al desierto para conectar con la verdadera esencia de una misma. Es un viaje de autodescubrimiento e indagación, de exploración propia y toma de conciencia. Es la combinación perfecta entre autoconocimiento y desarrollo personal, con inmersión cultural en el desierto, abriendo la mente a una cultura ancestral a menudo desconocida, conociendo personas de primera mano, conviviendo con ellas y siendo una parte más de su realidad. Vivir el país como una persona nativa, no como un turista.
Viaje en grupo para mujeres únicas, por dentro y por fuera
Este tipo de experiencia de inmersión cultural profunda junto con el crecimiento personal, hacen de Mujer Oasis una aventura única e inolvidable de transformación personal.
En pocos días nos vamos de nuevo a esta aventura, dispuestas a dar lo mejor, a acompañar a este grupo de mujeres a vivir una experiencia mágica en el desierto en la que eliminarán prejuicios, saltarán barreras, descubrirán otras formas de ver el mundo y entender la vida, disfrutarán como niñas, sacarán lo que necesite salir y conectarán con su verdadero potencial, esa parte más profunda de cada una de ellas que es la verdadera esencia, lo que hace que cada una sea única por dentro y por fuera.
MUJER OASIS puede convertirse en la mayor aventura de tu vida, la que te cambiará para siempre.
¿Te atreves a dar el paso con nosotros? Contacta con VIDITA Travel aquí.